
Chile – Rebelión de ‘la mar’: las combativas protestas de los pescadores artesanales
Compartimos el artículo que se puede encontrar en la edición 98ª del periódico El Pueblo.
A fines de Marzo fuimos testigos de impactantes manifestaciones de pescadores artesanales, oriundos de puertos y caletas de la zona centro y centro sur del país. En días de intensa lucha, las protestas nos regalaron estremecedores ejemplo de heroísmo, valentía y coraje a la hora de defender los derechos de los trabajadores del mar contra la voracidad del gran empresariado pesquero.
Tres vehículos blindados de Carabineros quemados completamente en plena carretera Ruta 5, a la altura de San Javier – región del Maule. Masas de pescadores artesanales enardecidas, celebrando y gritando “¡Aquí somos bravos!”, y enfrentando sin miedo a las fuerzas de represión policial.
Otros grupos de pescadores, en sus botes, se enfrentaron contra buques de gran tonelaje, impidiendo su salida de los puertos como Valparaíso y San Antonio, y sorteando la represión de las lanchas tácticas de la marina.
Otros tantos marchando decididamente hasta las afueras del Congreso Nacional para hacer sentir sus demandas.
¿Qué objetivo buscaban estas coordinadas y encendidas protestas? La promulgación de una serie de modificaciones a la nefasta Ley de Pesca – conocida como Ley Longueira – donde primen los intereses y cuotas de pesca del sector artesanal por sobre el industrial, específicamente en lo que refiere a la extracción de jibia, merluza y jurel.
Esto en medio de la “Nueva Ley General de Pesca” que impulsa el gobierno oportunista de Boric y cuyo fraccionamiento, es decir, las cuotas de pesca para cada sector, siguen beneficiando a multimillonarios consorcios pesqueros en desmedro de la mayoría de pescadores artesanales que son, finalmente, los que ponen en nuestras mesas la comida.
Siendo este un año electoral, distintos parlamentarios buscan ganar votos, algunos apelando al sector artesanal, por los posibles votos que podrían conseguir, y otros al sector de la gran industria pesquera, por el financiamiento a sus campañas a cambio de imponer sus intereses como ha quedado varias veces demostrado en la legislación chilena.
Y es que se requieren grandes protestas y combatividad para siquiera defender unos mínimos derechos para el pueblo trabajador. Y a un gran costo, de 15 compañeros pescadores procesados y en prisión preventiva por estos hechos de protesta y el fallecimiento de siete pescadores de la lancha Bruma, que fue impactada por un buque pesquero en el contexto de las protestas, en un hecho que está siendo investigado como accidental, pero en el que no puede descartarse intencionalidad por el agudo conflicto.
En el parlamento es el gran empresariado pesquero el que maneja la situación. Es cosa de ver las votaciones de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado, llevadas a cabo en en ero del presente año, donde nuevamente se modificó la distribución de la cuota de merluza en perjuicio del sector artesanal, el que vio disminuido su fracción de un 70% a un 43%, mientras que el sector industrial aumentó su porcentaje a un 57%. Una situación similar sucedió con la jibia y el jurel, recursos que también sufrieron reducciones en sus porcentajes para la extracción del sector artesanal.
Cuatro de las principales compañías pesqueras industriales presentes en Chile —Camanchaca, Landes, FoodCorp y Blumar— como verdaderos matones que son, declararon por medio de sus gerentes que evalúan la posibilidad de emprender acciones legales contra el Estado.
Estas empresas que cotizan en la bolsa, muchas veces financiadas por capitales extranjeros y que abastecen los mercados de países imperialistas como EE.UU., Noruega, Europa, China y otros, son quiénes concentran los negocios pesqueros en Chile. Al ver una minúscula posibilidad de que se vean afectados sus intereses, mueven sus hilos de influencia entre parlamentarios y otros políticos electoreros, financiando campañas y pagando a distintas personalidades para seguir manteniendo el dominio de los recursos pesqueros. Es cosa de recordar el cómo se promulgó la anterior Ley de Pesca (Ley Longueira) en la que se demostró el uso de influencia indebida ejercida durante la tramitación de la ley, junto con la existencia de actos de corrupción, fraude al fisco y cohecho, todos condenados por la justicia y, aún así, prosiguen las mismas prácticas y resguardo a sus intereses.