
México: Las aportaciones culturales en la campaña internacional por el 130 aniv. del Presidente Mao
A continuación reproducimos un artículo publicado en Periódico Mural.
La cultura es un arma poderosa y tiene su influencia en nuestra vida cotidiana. La música que tú escuchas en el camión, los libros que lees o la telenovelas que pasan en la TV, todo transmite ideas y -viniendo de los medios masivos de comunicación- esas ideas suelen ser las de la clase dominante. Un ejemplo de esto son los narco-corridos que glorifican el tráfico de drogas, la violencia reaccionaria y la vida de los sicarios generando la autoproclamada «narco-cultura».
El narco-corrido e todas sus variantes, presenta la posición del latifundio y sus sectores más reaccionarios y sirve para la intoxicación ideológica de las masas, principalmente de la juventud. El lumpenproletariado adopta la «narco-cultura» y otras corrientes como el reggaeton, el «perreo», el rap-pandillero y otras modas degeneradas que mediatizan y someten a los jóvenes aislándolos de la vida política y la rebeldía revolucionaria de la juventud. La música “moderna” en general predica el individualismo, pues se centra en intereses personales y niega la necesidad de la colectividad y sobre todo de la revolución.
Los trabajadores y los pueblos necesitamos una cultura que sirva a nuestra emancipación, la cual solamente podrá realizarse a través de una Revolución de Nueva Democracia que avance ininterrumpidamente hacia el Socialismo.
La Nueva Cultura por la que trabajamos aborda aspectos de nuestra ideología a la par que denuncia la miseria del pueblo y los crímenes que el viejo Estado comente en su contra. Esta Nueva Cultura debe fortalecer el espíritu colectivo y revolucionario de la población. El arte y cultura revolucionaria pertenecen a las amplias masas populares pues surgen entre estas. No es privilegio de círculos cerrados de intelectuales burgueses. Es como Presidente Mao Tse Tung explicó:
«En el mundo actual, toda cultura, toda literatura y arte pertenecen a una clase determinada y están subordinados a una línea política determinada. No existe en realidad, arte por el arte, ni arte que esté por encima de las clases, ni arte que se desarrolle paralelo a la política o sea independiente de ella. La literatura y el arte proletarios son parte de la causa de la revolución proletaria en su conjunto; son, como decía Lenin, engranajes y tornillos del mecanismo general de la revolución.»
Desde esa perspectiva, presentamos algunas aportaciones culturales multidisciplinarias que fueron realizadas en México en el marco de la Campaña Internacional por el 130 aniversario del natalicio del Presidente Mao Tse Tung. En las siguiente líneas trataremos de abordar las generalidades de cada disciplina y la forma en que fueron aplicadas para servir al pueblo de todo corazón.
Muralismo – Las paredes son del pueblo
El muralismo como expresión del arte plástico es el resultado de la creación e innovación teórico-práctica tras la Revolución Mexicana o revolución burguesa inconclusa, y es, en toda su concepción, un arte popular de carácter público. Yendo de la monumentalidad al dinamismo, adaptándose a los contextos, texturas, poliangularidad, manejo de las luces y colores, fondos y formas, las grandes imágenes que plasma combinan la técnica con la estética y la ideología revolucionaria explicando algunos aspectos de la vida cotidiana de las masas, su pasado y devenir histórico, enarbolando las luchas de nuestro pueblo por su liberación. Uno de sus mayores exponentes fue David Alfaro Siqueiros, militante del Partido Comunista de México, internacionalista proletario, editor del periódico revolucionario El Machete (órgano central del PCM), y combatiente en la Guerra Civil española en las Brigadas Internacionales. Él aportó como nadie a esta corriente y abundó en las características fundamentales del muralismo como un arte al servicio del pueblo que debe ser realizado en la calle, entre las masas y en los espacios públicos y no así en los museos que ocupan el arte burgués y pequeño-burgués alejados del pueblo. Siqueiros redefinió el papel del «artista» cuando sirve al pueblo y a la revolución reivindicando su papel histórico como trabajador del arte y la cultura, pues entendía bien que el arte no puede colocarse por encima de las clases sociales, sino que uno y otro (arte burgués y arte proletario) sirven para legitimar y propagandizar el programa de cada clase social. La labor del camarada Siqueiros se centró en difundir el programa histórico del proletariado revolucionario. Su obras son muy populares y reconocidas en todo el mundo. Sus murales homenajean a los combatientes de nuestro pueblo, como los Generales Francisco Villa y Emiliano Zapata al frente de la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur, respectivamente, pero también evocan la lucha por la Revolución Proletaria Mundial haciendo una clara defensa de los jefes del proletariado como Carlos Marx y Federico Engels. Sus obras contienen un significado social intrínsecamente ligado a la filosofía marxista, la economía política marxista y el socialismo científico. Ejemplo de ello son El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo; Del porfirismo a la Revolución; Retrato de la burguesía; La marcha de la humanidad; Tríptico la Nueva Democracia, entre otras.
Retomando el ejemplo del muralismo como arte al servicio de la revolución, algunos compañeros realizaron tres murales con la imagen central de la Campaña por el 130 aniversario del natalicio del Presidente Mao Tse-Tung. La imagen ha sido tomada del concepto diseñado por la Liga Comunista Internacional adaptándose a los diferentes contextos de los muros y las comunidades donde fueron realizados.
El primer mural fue pintado sobre un muro de adobe, en una cocina comunitaria donde diariamente se alimentan niños de un preescolar y una primaria indígenas bajo el cuidado de las autoridades comunitarias. En su elaboración los niños se involucraron de forma entusiasta y entre otras tareas pintaron con sus manos algunos maíces,simbolizando la relación de la lucha por la tierra y la producción agrícola con la lucha por la Revolución de Nueva Democracia y el maoísmo. De esta forma, con el arte plástico se reforzaron visualmente los contenidos centrales del Taller Comunitario que se desarrolló durante dos días combinando la pedagogía revolucionaria, la Nueva Cultura, el deporte, la agitación y propaganda, la gueza y otras formas de organización comunitaria como la asamblea misma.
El segundo mural se realizó en una comunidad que fue fundada hace exactamente diez años bajo el programa de la Revolución de Nueva Democracia, y las celebraciones de su aniversario coincidieron con el 130 natalicio del Presidente Mao y otras celebraciones de la izquierda revolucionaria. Allí se plasmó un mega-Mao, sobre un muro de aproximadamente 6.5 mts. de altura por 12 mts. de largo. Jóvenes y pobladores participaron activamente en su elaboración y según nos dicen, aún desean trabajar en el mural para complementar otros conceptos relacionados con la cosmovisión y la lucha de los pueblos del Anáhuac por imponer el Nuevo Poder.
El tercer mural se realizó en uno de los centros más representativos de la resistencia, ubicado en el corazón del Oaxaca Rebelde: la Agencia Municipal Comunitaria de Santa Rosa Panzacola donde desde el año 2010 la población expulsó a los partidos electoreros del viejo Estado para defender los usos y costumbres de la localidad, basando sus decisiones y nombramientos en la Asamblea Comunitaria. Este mural expresa de forma específica la imagen central diseñada por la LCI y se sitúa con honor al costado del mural por el Bicentenario de Federico Engels realizado por activistas del Movimiento Femenino Popular en el año 2020. En ese lugar también se realizó el evento central político-cultural por el 130 aniversario del natalicio del Presidente Mao Tse Tung.



Obras de Teatro – El arte nace y crece en la calle
El teatro revolucionario es un teatro popular. Como el escritor y dramaturgo revolucionario Bertolt Brecht dijo, el teatro popular debe ser una forma de educación publica y debe hacer posible la participación del pueblo. Hoy, en lo general, el teatro está al servicio de los ricos y enclaustrado en grandes e impresionantes salas, aislado de las masas y su realidad. En contra de esta forma de teatro, Brecht escribió una obra llamada “Ópera de los tres centavos”. Cada obrero debería poder pagar la entrada para esta apreciar esta obra. Otros trabajos suyos como la «Santa Juana de los mataderos” explican la situación de la clase obrera y la lucha para mejorar su situación.
El teatro popular no necesita de muchos recursos, sino que se desarrolla a través su entorno, adaptándose a los contextos, combinando las herramientas de las distintas escuelas y la interacción con el público con sencillez para confrontar a los espectadores con la realidad opresiva que padecen. En nuestro caso, pese a que nuestros actores no son profesionales pudimos montar dos obras en los diferentes talleres comunitarios. Una de ellas fue la historia de la Internacional, el Himno del Proletariado, que es un himno de guerra. Los participantes desarrollaron su historia con pocos disfraces y un lona con la imagen del Eugene Pottier, autor del poema convertido en himno. Se abordó su conexión con la Comuna de París, el primer ensayo de dictadura del proletariado en el mundo. La segunda obra abordó la vida de los campesinos pobres, víctimas del latifundio y narco-paramilitarismo, en colusión con el viejo Estado y el imperialismo. Con objetos de uso cotidiano como machetes, sombreros, maíz y frijoles se abordó la misera de los campesinos oprimidos por los coyotes [Nota del editor: es la persona que traslada de forma ilegal inmigrantes a través de la frontera entre México y EEUU] y políticos burócratas; el papel del paramilitarismo y la policía para reprimir al pueblo, y el camino de la lucha armada revolucionaria para acabar con todos los parásitos.

Bailes tradicionales – Expresión de la resistencia cultural
Las tradiciones del pueblo poseen un tesoro rico del arte y cultura popular, son parte de la identidad de los pueblos originarios y en muchos momentos son expresiones de la resistencia cultural ante la hegemonía del imperialismo y sus ideas dominantes. Las tradiciones de nuestros pueblos fortalecen su tejido social y espíritu colectivo. Las coreografía de baile no son solamente estéticas, sino un arte colectivo que exige mucha coordinación de sus participantes llegando a la interacción con el público. Estos bailables revisten un carácter comunitario pues hablan de historias, de trabajo, de organización y de colectividad; es imposible hacerlos de forma individual y solo pueden realizarse de forma grupal. Los trajes reflejan el origen cultural, y si bien no escapan de las ordenanzas impuestas por los colonizadores, también esbozan rasgos característicos de la organización social de nuestros pueblos en resistencia. Algunas indumentarias nos hablan de la cotidianeidad de las masas, de su ser social, del sistema de cargos e incluso del ciclo de la siembra, del agua y la vida.
En uno de los talleres comunitarios los niños de la escuela primaria y los maestros democráticos presentaron bailables que explicaban cómo viven los pueblos en la montaña, el respeto hacia los caracterizados (abuelos) y el trabajo. En el evento central, los compañeros del grupo de Danza juvenil Macehualitzin nos presentaron varios números, desde la forma en que realizan la unión marital algunos pueblos, el tequio como trabajo socialmente útil de carácter comunitario y la cultura campesina en torno a la milpa y el ganado. Sombreros, machetes, lazos y otras herramientas de trabajo fueron clave para representar al pueblo y su cotidianeidad. Los compañeros han destacado el color rojo en sus indumentarias y la combinación de la música tradicional de nuestros pueblos con el jazz en sus piezas finales, como expresando que sí, que es posible rescatar la música en sus diversos géneros dotándoles de un contenido pedagógico y popular al servicio de la revolución.





Canciones revolucionarias – Un idioma internacional
Las canciones revolucionarias son parte de la cultura no solo en un país, sino en todo el mundo. La música misma tiene su origen en el despertar de la humanidad, la cual no puede entenderse sin la visión del progreso y la colectividad. Una música cuyo contenido no busca el desarrollo mismo de la materialidad y la espiritualidad del hombre como ser social, pierde su razón esencial de ser. Varias canciones han sido traducidas y adaptadas a diferentes idiomas, como «Partisanos del Amur» que existe en ruso, alemán, español, turco y muchos más. Estas canciones conectan a las revolucionarios del mundo con una cultura unitaria, que le da identidad a los trabajadores y los pueblos. El Movimiento Comunista Internacional y los movimientos revolucionarios de diferentes países han creado un acerbo de tesoros muy ricos con canciones hermosas. Aquí en Nuestra América hay grandes cantantes como Victor Jara de Chile, Victor Campos Bullón de Perú, Alí Primera de Venezuela. En México tenemos a Judith Reyes, Amparo Ochoa, José de Molina y tantos más que han puesto su música y su canto al servicio del pueblo.
En los distintos eventos de la Campaña realizada en México los diferentes comités y comisiones entonaron canciones; algunas de estas fueron acompañadas de coreografías que evocan la marcha revolucionaria de ejércitos guerrilleros como la canción «Salvo el Poder, todo es ilusión», del Partido Comunista del Perú que entonaban los prisioneros de guerra en las cárceles de la reacción, haciendo de ellas luminosas trincheras de combate de la revolución, y el «Canto al Partido» cuyo autor es el compañero Anthar López y fue compuesta en honor al Partido Comunista de México, antes del proceso de liquidación del revisionismo.
Hubo otras grandes aportaciones musicales, especialmente la presentada por los compañeros del taller popular de guitarras durante el evento central político-cultural por el 130 natalicio del Presidente Mao. Los compañeros, además de entonar «A desalambrar», «Adgagio en mi país, «Techos de cartón», entre otras piezas de la música revolucionaria latinoamericana, enrojecieron el evento interpretando a guitarra y violín el himno del proletariado: La Internacional.


Dazibaos – ¡La rebelión se justifica!
Los dazibaos (carteles con grandes letras e ideogramas) tienen su origen en China y encuentran su cúspide en la Gran Revolución Cultural Proletaria como defensa de la dictadura del proletariado. Los dazibaos son un instrumento de la critica de las masas amplias y sirvieron para compartir sus exigencias en las universidades, fabricas, empresas o en otros lugares públicos. El Presidente Mao dijo en un dazibao realizado con sus manos ¡Bombardear los cuarteles generales de la reacción! Con esta técnica útil para la agitación y la propaganda no se necesitan muchos recursos, solamente una gran pieza de papel, pintura y pinceles, es todo.
En los diferentes talleres comunitarios los participantes realizaron ejercicios de dazibao mientras discutían sobre los problemas comunitarios y las reivindicaciones más sentidas de las masas, como exigencias de energía eléctrica para las rancherías [Nota del editor: asentamiento rural pequeño de indígenas y campesinos pobres] donde jamás ha habido luz, yendo hasta las consignas más combativas donde expresaron su adhesión a la Liga de Comunidades de la Revolución Agraria (LCRA) y la Corriente del Pueblo-Sol Rojo. Un dazibao clamaba por la guerra popular en medio de las montañas ¡simplemente hermoso!



Deporte – Prepararse para luchar
El deporte es una parte activa de la cultura popular, y en el centro están los deportes de equipos como futbol, voleibol o basquetbol. Solo en equipo es posible obtener resultados y victorias, y representa un contraste fuerte en comparación con el «culto al cuerpo», donde el físico de los individuos es lo principal como una manifestación decadente de la burguesía. El deporte de equipos necesita una coordinación y distribución de las tareas entre sus participantes, por tanto, alienta el espíritu de cuerpo y el trabajo colectivo. De esta manera el deporte debe ser concebido como una preparación para la lucha de clases, en la cual necesitaremos coordinación, espíritu de cuerpo, trabajo colectivo y por supuesto fortaleza física, resistencia, condición y motricidad.
En los distintos eventos realizados durante esta campaña se formaron equipos deportivos que ayudaron a estas tareas, y se ha reflexionado en la necesidad de desarrollar una cultura del deporte alejada de los oficialismos, las grandes marcas y los medios masivos de comunicación. Nuestro objetivo no es generar “atletas de alto rendimiento”, sino revolucionarios al servicio del pueblo. La cascarita [Nota del editor: juego improvisado de fútbol], la reta, las competencias escolares, etc. son un buen punto de partida, al igual que la solidaridad y la alegría en barrios obreros y comunidades agrarias.

Homenaje – Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos
Nosotros conmemoramos a nuestros caídos y fallecidos destacando su actitud revolucionaria, su papel en la lucha de clases y sus contribuciones para la liberación de nuestro país. Su pérdida es un dolor colectivo. Ellos son pioneros y modelos en nuestra lucha. Vamos con su familias y honramos su memoria pues han sido parte de nuestra lucha conjunta contra el viejo Estado. Sin importar su rango o su grado de responsabilidad, los compañeros que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. Su camino es nuestro y seguimos este para realizar la Revolución de la Nueva Democracia.
Así, nuevamente en el evento central político-cultural hemos colocado el muro de los héroes del pueblo en donde figuras como las de Luis Armando Fuentes Aquino o Javier López Martínez se mezclan con las de Jorge Alberto Hernández Jimenez y Jorge Alberto Hernández Torres, entre otros. En este evento se ha sumado la imagen de nuestra joven compañera Irma Soledad Sorrroza Moguel, camarada Seimy, quien falleció la noche del 23 de diciembre de 2023 a la edad de 20 años. Seimy era militante del Colectivo Serpiente, que realizaba actividades de apoyo a la causa Palestina, e integrante de las Brigadas Juveniles del Pueblo. A todos nuestros compañeros y compañeras caídos, no un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha.


Estos son solo unos ejemplos de los diferentes tipos de actividades culturales aportados durante la campaña. Tenemos la esperanza que nuestros lectores encuentren la motivación de crear también aportaciones culturales que sirvan a la Revolución de Nueva Democracia y al pueblo. Por ahora la Nueva Cultura lanza un grito fuerte de combate ¡Unirse bajo el maoísmo!