Ecuador: LA CONSULTA POPULAR, UNA NEGACIÓN DEL 15 DE NOVIEMBRE DE 1922

A continuación compartimos el artículo del Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo en el Ecuador.

El 15 de noviembre de 1922 no es una fecha para el jolgorio de oportunistas electoreros; es una herida abierta en la memoria de la clase obrera y del pueblo del Ecuador. Ese día, en Guayaquil, el proletariado portuario, ferroviario, de imprentas, talleres y fábricas se levantó contra el hambre, la explotación y la dictadura de grandes burgueses y grandes terratenientes. La respuesta del viejo Estado no se hizo esperar: balas, masacre, cuerpos de obreros arrojados al río Guayas como muestra del desprecio que las clases dominantes sienten por las masas.

El levantamiento proletario de 1922 fue una de las acciones más significativas de la clase obrera. Las cruces sobre el agua, de Joaquín Gallegos Lara, recoge en clave literaria, pero profundamente realista, aquella masacre que la historia oficial ha intentado silenciar. Las cruces flotando en el río son símbolo de obreros y obreras asesinados e invisibilizados, pero también testimonio de que la memoria de clase no se diluye en el caudal del olvido: vuelve una y otra vez como guía ideológica de lucha contra los verdugos del presente.

Desde el Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo del Ecuador afirmamos que el 15 de noviembre de 1922 es, ante todo, una lección política sobre el camino a seguir: el de la lucha, jamás el burocrático, cobijado por el sistema de gobierno y el sistema de Estado. Enseña que la clase obrera, cuando se levanta organizada, es capaz de remecer y golpear la dictadura conjunta de grandes burgueses y terratenientes. Enseña también que la gran burguesía y sus gobiernos, cuando ven amenazado su poder, desatan toda la violencia, por abyecta que sea por neutralizar la rebelión popular; y, al mismo tiempo, montan toda una narrativa “democrática”, sostenida por oportunistas de nuevo cuño, para deslegitimar la lucha del pueblo. ¿Acaso no acabamos de vivir esa realidad en el último levantamiento indígena-popular?

El 15 de noviembre conmemoramos esta fecha histórica de la clase obrera fortaleciendo el FDLP-EC y asumiendo una posición crítica y combativa contra los dirigentes del revisionismo y del oportunismo que cambiaron el levantamiento indígena-popular por la participación en las urnas, desfigurando por completo la correcta línea política que debe conducir a las masas a fortalecer todas las formas de acción contra el viejo Estado, sus instituciones, sus formas de organización y sus mecanismos de alienación, factores que bloquean la transformación revolucionaria de la vieja sociedad.

En este contexto se llevó a cabo la consulta popular planteada por el fascista Noboa. El país cuenta con veinte constituciones y un sinnúmero de enmiendas. Arrancamos con la Constitución de 1830, que ni siquiera abordó temas esenciales como la manumisión de los esclavos. ¿Qué queremos decir con esto? Que la Constitución es la forma jurídico-política fundamental del Estado y que éste pertenece a una clase en particular: los grandes burgueses. Es un texto que condensa y formaliza la correlación de fuerzas entre las clases en un momento histórico determinado, fijando en normas el dominio de quienes detentan el poder económico y político y garantizando, ante todo, la reproducción de las relaciones de producción existentes. Por lo tanto, no responde a los intereses de los oprimidos y explotados.

Podemos entender que las masas sigan asistiendo a los procesos electorales y que estos, en alguna medida, expresen el estado de ánimo de las grandes mayorías «siendo, el ausentismo, 20%, lo que mejor se pueda resaltar»; no obstante, las elecciones, consultas, etc., están muy lejos de resolver los problemas fundamentales del pueblo. Consultar al pueblo, en las condiciones actuales, se convierte en una emboscada política que nos vuelve “corresponsables” de todo lo que suceda en el país, sin afectar en lo más mínimo el poder real de las clases dominantes.

El FDLP-EC llamó a no votar y a no participar en la consulta popular porque ideológica y políticamente es lo correcto. Independientemente de los resultados, los grandes burgueses y los grandes terratenientes seguirán haciendo lo que consideren oportuno, esté o no escrito en la Constitución. Hay que entenderlo: detrás del gobierno, de la llamada democracia burguesa-terrateniente y de las elecciones, se sostiene una dictadura de clase que hará hasta lo inimaginable por mantener el poder en sus manos.

¿Acaso con la Constitución que han “defendido” en las urnas no nos han hambreado, reprimido, perseguido, mutilado territorialmente y entregado nuestras tierras a las transnacionales de la minería, del petróleo y de todo tipo de saqueo? ¿Acaso con la Constitución de 2008, supuestamente “progresista”, no asesinaron a compañeros y compañeras en los levantamientos de 2019, 2022 y en el reciente levantamiento indígena-popular? Y no pequemos de ingenuidad: si ganaba el “sí” del régimen represivo, entreguista y fascista de Noboa, ¿algo iba a ser distinto? ¡En absoluto!

Un día después de los resultados de la consulta y del supuesto “triunfo” del “No”, amanecimos con las mismas condiciones sociales con las que llegamos a las urnas. Las calles y las cárceles siguen oliendo a sangre; la muerte y la inseguridad son el pan de cada día. Persisten las altas tasas de desempleo: apenas 3 de cada 10 ecuatorianos tienen trabajo. La corrupción campea; algunas regiones del país son bombardeadas por su propia “Fuerza Aérea”; yanquis y sionistas siguen controlando los aparatos represivos del viejo Estado; Noboa continúa haciendo lo que le da la gana, y el revisionismo y el oportunismo bailan y brindan porque “ganaron” en la consulta.

Al recordar el levantamiento proletario del 15 de noviembre de 1922, desde el Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo afirmamos que la organización y la lucha son el único camino para la verdadera emancipación, para barrer el viejo régimen productivo y político que rige en el país. En noviembre de 1922 quedó demostrado, con la decisión y el sacrificio de centenares de trabajadores, que solo combatiendo se conquistan derechos y libertades. Esa lucha tiene y debe tener como horizonte servir a la guerra popular y a la transformación revolucionaria de la vieja sociedad: destruir la semifeudalidad, aplastar al imperialismo y destruir el capitalismo burocrático.

¡NO A LA ILUSIÓN CONSTITUCIONALISTA!

¡NO AL ELECTORERISMO¡

¡PREPARAR Y DESARROLLAR LA CONQUISTA DEL PODER!

¡ORGANIZAR- COMBATIR- RESISTIR!

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